
Has decidido compartir tu vida con una tortuga. Como animal de compañía, resulta radicalmente diferente a otras mascotas más tradicionales como, por ejemplo, un perro o un gato. Se trata de una experiencia muy enriquecedora, sobre todo, para los más pequeños de la casa, ya que podrán sentirse responsables del nuevo miembro de la familia, mientras que con un can o un felino doméstico, un adulto deberá estar más pendiente durante momentos esenciales tales como el paseo o el cepillado.
Sin embargo, la tortuga también necesita de una serie de condiciones indispensables para asegurar su óptimo bienestar. En primer lugar, la mayoría de las tortugas que se comercializan actualmente dependen del medio acuático para sobrevivir. El hecho de necesitar un hábitat diferente al nuestro, responde a determinadas peculiaridades de las que debes informarte.
El acuario: la pieza claveEl primer objeto que debes adquirir es un acuario. Existe una gran diversidad en cuanto a tamaños y formas. Resulta realmente útil adelantarse al futuro desarrollo de tu nueva mascota comprando un habitáculo lo más grande posible, así no tendrás que desechar los que vayan quedándose pequeños y gastarte más dinero a la larga.
Un aspecto fundamental es que en la confección del acuario se haya usado silicona inocua para las juntas, puesto que los químicos afectan a la salud de su inquilino. Además, debe tener rampas a sus costados de manera que tu reptil pueda tomar sus baños de sol, tan necesarios para el buen funcionamiento de su organismo. Debe disponer de sitios soleados y sombríos.
Luz y limpiezaLa iluminación es un aspecto que carece de importancia si tu acuario recibe los rayos solares. Si vives en una zona con poco sol, entonces sí que será obligado instalar algún tipo de luz artificial en el acuario de tu tortuga. Los tubos fluorescentes representan un opción económica e ideal, además, su instalación no es tan compleja.
Día a día, tu acuario se irá poniendo sucio debido a los restos de comida y a las defecaciones de tu mascota. Para no tener que estar cada dos por tres cambiando el agua para prevenir enfermedades, la mejor manera de limpiar y oxigenar constantemente el líquido, así como de evacuar los excrementos y demás partículas en suspensión, es adquirir un filtro.
En el mercado existe una inmersa variedad de los mismos en cuanto a precio, calidad y modelos. Lo más importante es que te fijes en la capacidad del filtro. Si tu acuario tiene 80 litros, es ilógico que compres un filtro de 150 litros, ya que no te servirá porque el chorro de agua que dispara es demasiado grande y el acuario para tortugas debe tener poca profundidad.
Cuidado con el agua
Otro de los complementos fundamentales es el acondicionador. El agua corriente contiene muchos elementos químicos, como el cloro, sales y flúor, que disueltos en el acuario provocan irritaciones cutáneas. Un ejemplo muy sencillo son las cañerías de cobre por donde tiene que pasar el agua para llegar a nuestros hogares. Durante el trayecto se desprenden pequeñas dosis de cobre, perjudicando la vida del reptil.
Por último, es preciso señalar que, a efectos decorativos, un acuario se verá más atractivo si colocas rocas y piedras, pero asegúrate de que carecen de aristas que puedan dañar a tu mascota.
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